Esto era un rey que tenÃa tres hijos.
Un dÃa los llamó y les dijo que el que le trajera la flor de la inorá serÃa su heredero cuando él muriese.
Los tres hermanos ensillaron sus caballos y partieron cada uno por su camino en busca de aquella flor maravillosa.
Pasado algún tiempo, el más pequeño halló la flor, la arrancó con mucho cuidado y la envolvió con su pañuelo.
Cuando se encontró con sus hermanos, les dijo que volvÃa con su padre el rey, pues ya tenÃa la flor de inorá.
Entonces sus hermanos, llenos de envidia, lo mataron, le quitaron la flor y lo enterraron en la arena.
Pero se le quedó un dedo fuera, y del dedo nació una caña.
Un pastor pasó por allÃ, cortó la caña y con ella hizo una flauta.
Cuando la tocaba, la flauta decÃa:
Pastorcito que me tocas,
no me dejes de tocar.
Mis hermanos me mataron
por la flor de la inorá.
Pasaron los dÃas y el rey estaba muy triste porque su hijo pequeño no regresaba. Sus hermanos decÃan que no lo habÃan visto desde que se fueron en busca de la flor.
Hasta que una tarde pasó el pastor tocando la flauta, y el rey, al oÃr lo que decÃa, pidió que le dejara tocar a él.
El rey tocó y dijo la flauta:
Padre mÃo que me tocas,
no me dejes de tocar.
Mis hermanos me mataron
por la flor de la inorá.
Entonces fueron todos al sitio donde estaba enterrado el hijo pequeño. Cuando lo desenterraron, estaba vivo pero con un dedo de menos.
Volvieron al palacio, y el rey expulsó del reino a los dos hijos mayores y al pequeño lo nombró se heredero.
Dicen que fue un rey justo y bondadoso, pero no que podÃa señalar con el dedo. Por eso tuvo que aprender a llamar por su nombre a cada uno de sus súbditos.
Me ha gustado la historia y a mi sobrfino también ya que se la he contado. Descubri este blog por casualidad y ya soy seguidora vuestra.
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