martes

La Esfinge

Hace mucho tiempo, los habitantes de Tebas viv铆an atormentados por una fiera implacable llamada la Esfinge. Esta fiera ten铆a cara de mujer, garras de le贸n y alas de 谩guila. Permanec铆a agazapada en lo alto de una roca, desde donde deten铆a a todos los viajeros que pasaban y les propon铆a un enigma. Quienes acertaban pod铆an continuar su camino tranquilamente, pero los que fallaban mor铆an. Nadie hab铆a conseguido resolver el acertijo.
Un d铆a un viajero llamado Edipo lleg贸 a Tebas, la ciudad de las siete puertas, donde hall贸 a toda la gente lament谩ndose, afligida a causa del terrible monstruo.
- ¿Cu谩l es ese enigma que nadie es capaz de resolver? - pregunt贸.
- Nadie puede decirlo - respondieron -, porque quien desee resolverlo ha de subir a la roca donde se encuentra el monstruo. 
Edipo subi贸 con audacia a la roca, donde el monstruo aguardaba para saltar sobre su presa. A pesar de su valent铆a, el coraz贸n le lati贸 con fuerza cuando lo mir贸. Y es que en ese primer momento le pareci贸 un enorme p谩jaro con grandes alas de bronce y oro. Los rayos de sol se reflejaban en ellas, formando una aureola de luz en medio de la cual la cara le brillaba tan p谩lida y hermosa como una estrella al amanecer. Sin embargo, cuando la Esfinge observ贸 que se acercaba Edipo, los ojos se le iluminaron con el fuego de la avidez, sac贸 sus crueles garras y sacudi贸 bruscamente la cola como un le贸n encolerizado. Pese a ello, Edipo habl贸 con serenidad:
- He venido a o铆r tu famoso enigma y a resolverlo o morir.
- Hombrecillo temerario, al ver tu joven y hermosa cara y tus j贸venes y tiernos miembros, he de decir que los dioses han tenido a bien enviarme hoy un bocado exquisito.
Dicho esto se relami贸 los labios sin compasi贸n.
- Vamos, dime el acertijo, condenada furia, para que pueda resolverlo y librar a la regi贸n de este azote.
Esto es lo que el monstruo pregunt贸:
- Al amanecer se arrastra a cuatro patas, a mediod铆a camina con dos y al atardecer y por la noche se tambalea con tres. ¿Cu谩l es este animal, que nunca es el mismo y no es muchos sino uno?
La Esfinge hab铆a enunciado el enigma con lentitud, mir谩ndolo fr铆a y cruelmente con los ojos brillantes.
"Ahora es cuando mis conocimientos y mi ingenio deben serme 煤tiles - pens贸 Edipo -. De lo contrario, habr茅 hablado con los hombres m谩s sabios y aprendido los antiguos secretos de Fenicia y Grecia en vano."
Los dioses que le hab铆an dado la inteligencia le iluminaron el coraz贸n y respondi贸 con audacia:
- ¿Qu茅 criatura puede ser sino el hombre, oh, Esfinge? Pues durante el amanecer de su vida es un ni帽o desvalido que se arrastra a gatas; a mediod铆a camina erguido con la fuerza de la juventud, y por la noche, al andar con sus tambaleantes miembros, se apoya en un bast贸n, que constituye el sost茅n y el soporte de la vejez.
¿No he adivinado la respuesta a tu famoso enigma?
Lanzando un fuerte grito de desesperaci贸n y sin darle respuesta alguna, la enorme fiera salt贸 de la roca sobre la que estaba y se arroj贸 al abismo que se abr铆a a sus pies.

1 comentario:

  1. Este cuento es excelente. Cuando lo le铆 me qued茅 encantada. Voy compartir con amigos y familiares. A sus hijos les encantar谩.

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