HabÃa una vez un niño que se llamaba Tomás.
Tomás tenÃa un patito y siempre estaba jugando con él. Le daba de comer tomate y patatas, que le gustaba mucho. Un dÃa le regalaron a Tomás una moto, un auto y un pito, y desde ese dÃa jugaba en su patio con esos juguetes, olvidándose de su patito.
Entonces, el patito se puso tan triste que se marchó. Tomás al no ver a su patito empezó a buscarlo, encontrándolo dentro de un tubo, Tomás se alegró tanto que no le riñó, sino que le dio un gran abrazo, y a partir de aquà jamás dejó Tomás a su patito solo.
Tomás tenÃa un patito y siempre estaba jugando con él. Le daba de comer tomate y patatas, que le gustaba mucho. Un dÃa le regalaron a Tomás una moto, un auto y un pito, y desde ese dÃa jugaba en su patio con esos juguetes, olvidándose de su patito.
Entonces, el patito se puso tan triste que se marchó. Tomás al no ver a su patito empezó a buscarlo, encontrándolo dentro de un tubo, Tomás se alegró tanto que no le riñó, sino que le dio un gran abrazo, y a partir de aquà jamás dejó Tomás a su patito solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si haces un comentario procura que no sea anónimo espero te guste nuestro blog y que votes en Google Plus.
Gracias por tu visita.